jueves, 27 de agosto de 2009

Religiones Encubiertas

Las probetas y las placas de Petri poco a poco se van emplazando en el nuevo púlpito, donde de paso, el predicador substituyó la sotana por una bata blanca. Las liturgias ya no son pasajes bíblicos, sino leyes de la termodinámica, y de nuevo, antiguos revolucionarios son, en boca de otros, multiplicados como los nuevos dogmas por vencer, en contra de su principio originario.

Plantean ecuaciones matemáticas en pretensión de socavar las últimas esperanzas de las masas ennegrecidas por el hambre de sus jefes. Aducen que los males del mundo se deben a las mentiras de la fe, a la autocomplacencia como una conducta humana vergonzosa, solo vista en aquellos indignos e incapaces de pensar por su propia cuenta, los que dan solución a las incógnitas invocando las nubes del cielo…las ovejas…pero, los rebaños también se empapan de órdenes superiores en los auditorios de la Academia, también reflejan un fin, y no precisamente uno muy noble, después de todo, por las venas de la ciencia también corre oro, brillante oro.

Incuestionables los párrafos de sus libros, a pesar de saber bien que no se puede meter al universo en una gaveta, cerrarla y pasar al siguiente problema, como si la Teoría del Todo fuera un crucigrama de domingo. Su verborrea intenta escribir en piedra las palabras que los revolucionarios admitieron en arena, pues tras cada marea baja se necesitan reconstruir las carreteras de nuestra percepción existencial.

Verdaderamente, la línea entre cielo y tierra se desdibuja conforme los cables del titiritero se entrelazan mientras se dramatiza la pelea entre muñecos, finalmente, monigotes del mismo artesano.












Prefiero no escribir mucho al respecto, prefiero que el lector se forme un criterio pero...solo quiero aclarar algo, soy agnóstico, casi ateo. Solo por aquello que confundan mis posturas religiosas.

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